Hay un asunto que me tiene muy preocupada, y quería exponerlo con todos vosotros. Aquí voy. Hace dos años, tuve la gran suerte de poder comenzar mis estudios en la carrera de Magisterio. Dedicarme a la docencia ha sido siempre mi sueño, desde muy pequeña. Y a día de hoy, estoy muy orgullosa de mi elección.
Sin embargo, da la casualidad de que la nota de acceso a dicha carrera es medianamente baja. Esto tiene como consecuencia que una gran cantidad de personas se introduzcan en el mundo de la docencia sin apenas quererlo. A esto se le suma la falsa fama de "carrera fácil". Y digo ésto, porque conozco muchos casos. Sinceramente, me parece muy triste.
Creo que Magisterio es una de las carreras que más vocación necesita. La educación es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad, y por ello requiere personal que de verdad dé todo de sí mismo para conseguirla. Es muy reconfortante el hecho de saber que estás enseñando a leer a un niño, y eso es algo que le va a durar para toda su vida. O que otros niños saben sumar, restar o multiplicar gracias a ti. O simplemente, detalles, como compartir, o ver la vida desde un punto de vista optimista. Los maestros son la base del futuro.
¿Por qué la gente no se da cuenta?
Actualmente tengo la suerte de poder enseñar a niños la asignatura de música, y ahora, a final de curso, viendo todo lo que han aprendido, me siento la persona más afortunada del mundo. De verdad, vamos a ser realistas, vamos a dedicarnos a aquello que de verdad nos llene, porque el futuro de muchas personas está en nuestras manos, y los niños siempre recordarán aquello que tú les has inculcado.
(Imagen de: Pinterest)
No hay comentarios:
Publicar un comentario