Las redes sociales son una buena herramienta de comunicación en la que las personas establecemos vínculos y estamos relacionadas dentro de un marco virtual, y nos permite tener contacto con infinidad de personas, incluso a miles de kilómetros de nosotros. Pero, ¿nos hemos puesto a pensar que su uso cada vez se utiliza en edades más tempranas, siendo los principales usuarios los niños y adolescentes?
A través de las redes sociales, se pierde la opción de expresar las opiniones, sentimientos, vivencias, temores y necesidades cara a cara, por lo que no se establece una relación empática con su entorno. Esta comunicación virtual puede ser muy peligrosa, ya que en muchos casos hay una clara interferencia negativa en la vida cotidiana.
En ocasiones, puede darse el gran problema del GROOMING, relativo a la seguridad de los menores en Internet, y consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto que comienza estableciendo relaciones con menores a través de una pantalla. El objetivo de estas personas es obtener una satisfacción sexual a través de pornografía del menor, o incluso la preparación de un encuentro sexual. Las principales dificultades para acabar con el problema son el anonimato de los delincuentes, la inocencia de los niños o adolescentes, y la fácil accesibilidad de Internet. El acosador, por tanto, es un adulto.
La realidad apunta que no se trata de delitos nuevos, sino de formas antiguas de abuso de menores, que han sido readaptadas a los nuevos tiempos, y al anonimato de la Red. Y, aunque estas situaciones comienzan a través de la red, se suele trasladar al mundo físico, llevando a problemas mayores como el tráfico de la pornografía infantil, o el abuso físico a menores (Flores).
Además del Grooming, se dan muchos más problemas que hay que considerar a la hora de dejar a los niños utilizar las redes sociales. Creo que es muy recomendable que siempre haya un adulto supervisando a los niños mientras usen las redes sociales, y sobre todo, velar por su seguridad e integridad.
(Imagen: C24N.com)
A través de las redes sociales, se pierde la opción de expresar las opiniones, sentimientos, vivencias, temores y necesidades cara a cara, por lo que no se establece una relación empática con su entorno. Esta comunicación virtual puede ser muy peligrosa, ya que en muchos casos hay una clara interferencia negativa en la vida cotidiana.
En ocasiones, puede darse el gran problema del GROOMING, relativo a la seguridad de los menores en Internet, y consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto que comienza estableciendo relaciones con menores a través de una pantalla. El objetivo de estas personas es obtener una satisfacción sexual a través de pornografía del menor, o incluso la preparación de un encuentro sexual. Las principales dificultades para acabar con el problema son el anonimato de los delincuentes, la inocencia de los niños o adolescentes, y la fácil accesibilidad de Internet. El acosador, por tanto, es un adulto.
La realidad apunta que no se trata de delitos nuevos, sino de formas antiguas de abuso de menores, que han sido readaptadas a los nuevos tiempos, y al anonimato de la Red. Y, aunque estas situaciones comienzan a través de la red, se suele trasladar al mundo físico, llevando a problemas mayores como el tráfico de la pornografía infantil, o el abuso físico a menores (Flores).
Además del Grooming, se dan muchos más problemas que hay que considerar a la hora de dejar a los niños utilizar las redes sociales. Creo que es muy recomendable que siempre haya un adulto supervisando a los niños mientras usen las redes sociales, y sobre todo, velar por su seguridad e integridad. (Imagen: C24N.com)
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