¿Videojuegos en el aula?

Siempre hemos entendido como juego aquella actividad tratada como un entretenimiento, es decir, con las que el sujeto se distrae y se divierte. Todos lo concebimos como un "tiempo perdido" en cosas no productivas, a lo que incluimos la educación. Pero el juego ha sido siempre también una herramienta para utilizar en el aula. Mediante ellos, los niños aprenden mucho más de lo que nos imaginamos, puesto que adquieren los contenidos a través de actividades lúdicas. Aprenden divirtiéndose, y eso vale muchísimo más. 

Según Latorre (2003), el juego es un medio fundamental para la estructuración del aprendizaje, que invita a la participación activa por parte del jugador, desarrollando su creatividad, competencia intelectual, fortaleza emocional y estabilidad personal. Estimula el desarrollo integral de los niños. 

Si además, nos centramos en el videojuego, podemos observar que se adquieren además otro tipo de habilidades, sobre todo, la potenciación de las competencias digitales. Los niños acceden, con los videojuegos, por primera vez al universo digital. Así, desarrollan competencias propias de la alfabetización digital de manera recreativa y lúdica, las cuales le sierven para iniciarse en el manejo de las interfaces gráficas y las lógicas del mundo digital. 

Varias investigaciones (Schaaf, 2012) demuestran que los niños que juegan a videojuegos desarrollan más y mejor la coordinación ojo-mano, mayor agudeza visual, rapidez de reacción y capacidad de atención a múltiples estímulos (Green y Bavelier, 2006). 

Los videojugadores tienen además más facilidad para relacionarse con los otros, puesto que están más motivados para la consecución de los objetivos y tienen mayor tolerancia a la fustración, lo cual es muy importante para los niños.

Como conclusión, me gustaría añadir que también se pueden dar varios problemas a la hora de introducir videojuegos en los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, el hecho de conservar el elemento lúdico, su diversión. Esto lo expongo ya que la transmisión de contenidos a través de este medio puede hacer que se pierda la capacidad de divertir, pero también teniendo en cuenta que no sólo produzca en los niños "un buen rato", sino que también consigan los objetivos que los maestros se proponen.